Una vez más cada nuevo año
es una oportunidad para los nuevos propósitos, nuevas intenciones, nuevas
sensaciones, nuevas maneras de entender la vida y de querer desarrollarla.
Estas nuevas intenciones son propias pero también colectivas. Porque lo que uno
desea bueno para sí, es lógico que lo desee bueno también para los demás.
Por esto:
Quiero un mundo más
igualitario, sin discriminación de credo, raza ó condición.
Un mundo más justo donde no
prime la condición social ni el poder económico.
Un mundo donde se castigue
al que corrompe a los demás y al que se corrompe a sí mismo.
Un mundo donde el servidor
público sirva realmente para el interés general y no para su propio beneficio.
Un mundo donde todos tengamos
las mismas oportunidades para cumplir nuestros retos.
Un mundo donde se denuncie y se castigue al que maltrata ó discrimina, al que abuse ó violente, al que humilla ó al que
insulta, por cualquier circunstancia.
Un mundo que sea más
solidario no sólo con lo que le sobra, sino con lo que necesita para saciar su
ambición.
Un mundo en el que compartamos nuestros proyectos de servicio para desarrollar nuestra solidaridad.
Un mundo con mayor convivencia pacífica y más tolerante.
Un mundo donde esto no se quede en meras intenciones, ni tampoco en vagos propósitos, sino en verdaderos resultados.
Que así sea.
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