domingo, 8 de enero de 2017

Mercado de San Miguel en Madrid



En el espacio donde ya fue mercado en la Edad Media, callejero, y con cajones donde se ponía lo que vendía cada puesto, estuvo y está el Mercado de San Miguel. Tiene su nombre porque estuvo junto a la iglesia de San Miguel de los Octoes, templo cristiano donde fue bautizado Lope de Vega. Con diversos usos este mercado lo fue de productos perecederos ya en el siglo XIX. Pascual Madoz, quien fue Gobernador de Madrid y Economista, en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España de 1847, lo describió como “mercado callejero con 128 cajones y 88 tenderetes.



Por razones de higiene este mercado se transforma y pasa a formar parte de un edificio de estructura de hierro fundido y cristal que da mucha luminosidad a los tenderetes laterales. Este se inaugura el 13 de mayo de 1916. Es el único mercado de la ciudad que queda construido en hierro, todos los demás han desaparecido.



Si los tiempos le han hecho evolucionar y transformarse, lo mismo ha ocurrido desde hace años en que la feroz competencia de los supermercados y centros comerciales se convirtieron en sus peores enemigos. Le ha salvado de su desaparición “El Gastrónomo de San Miguel”, actuales dueños mayoritarios del Mercado de San Miguel que ha conseguido que cada puesto mantenga su condición de muestra y de venta y, la mayoría, también, de despacho, degustación y consumo junto a su propio mostrador, sin faltar los bares y cervecerías integrado en sus instalaciones.



Si la plaza Mayor de Madrid es visita obligada cada vez que vayas a la capital de España, también lo es acercarte al Mercado de San Miguel, que está muy cerca. En un ambiente de mercado, como los de siempre, pero también de exposición y, sobre todo, de degustación, bien merece una visita sin prisas y echarle al tiempo un buen vino acompañado de un queso curado, jamón ibérico, confitería dulce ó lo que se te ocurra de lo mucho que encontrarás en cada puesto. ¡ Que aproveche !. 




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